sábado, 16 de noviembre de 2013

Esta tarde, 20 h. Las Palmas-Mirandés

Una máxima futbolera, de esas tan manidas que se convierten en mantra,
asegura que mantener la misma formación es una virtud. El tropiezo ante el Hércules ha restado fiabilidad al equipo de Lobera, mareado por las rotaciones en defensa y los cambios en ataque.
La derrota del Rico Pérez, más por inesperada que por significativa, ha envuelto a Las Palmas en un halo de duda y desesperanza que no se justifica a mediados de noviembre. Quizás el descrédito se argumente en que el equipo de Lobera es víctima de un trastorno bipolar que aún no le ha permitido explorar todas las virtudes que se le presupone a una de las plantillas con más nombres de la categoría.
Pero no es menos cierto que las decisiones del propio entrenador, y sus inseguridades, han ayudado a alimentar ese desconcierto que no solo ha contagiado a la afición, sino que ha confundido a sus propios jugadores tras trece semanas de competición consumadas. Rotaciones, ha justificado el profesional aragonés para explicar el baile únicamente en una parcela, la defensa, estratégica en la estabilidad y competitividad de cualquier equipo. Y, sin cohesión, no hay estilo. 
Para poner orden Lobera recupera a Apoño. El centrocampista malagueño se ha erigido en oráculo e imán de un grupo en ocasiones desnortado y sin alternativas. Sin haber desplegado su fútbol en plenitud, la indudable influencia de Apoño, tanto en el engranaje como en identidad, ha generado el debate de su dependencia. Mal asunto cuando se celebra con confeti el regreso de un futbolista en un sistema colectivo mancomunado.
Tampoco debería notarse contra el humilde pero aseado Mirandés la ausencia de Masoud, quizás el futbolista más regular, con permiso de Barbosa, y efectivo en lo que va de temporada. Su convocatoria con Irán (0-3 ayer a Tailandia) abre la puerta a  una infinidad de combinaciones dadas las vacilaciones del entrenador en el once. Y como la incertidumbre agrieta cualquier proyecto que busque hacer historia, Las Palmas necesita un triunfo convincente, en resultado y forma, para resarcir la última decepción y despejar desconfianzas.
Las Palmas: Barbosa; Ángel López, Deivid, David García, Xabi Castillo; Vicente Gómez, Apoño; Asdrúbal o Nauzet Alemán, Valerón, Tana; y Chrisantus.
Mirandés: Prieto; Flaño, Caneda, Gaspar, Ríos; Nagore, Iván Agustín; Iriome, Mújika, Pablo Infante; Díaz de Cerio.
Árbitro: José Ramón Piñeiro Crespo (Comité Asturiano).
Estadio de Gran Canaria.

Hora: 19.00

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