martes, 15 de julio de 2014

Carta a Pablo

Estimado Pablo:
            Creo que personalmente no me conoces. Sí que es cierto que en alguna ocasión al final de algún partido y en los aledaños de Anduva hemos tenido ocasión de cruzar algún saludo, pero nada más. Y con tantos aficionados, pequeños y mayores que te han dado un golpecito en la espalda, seguro que de mí no te acuerdas, es natural. Tu llegaste al Mirandés el mismo año que me jubilé. Yo me jubilé en enero de 2005 y tu llegaste al Mirandés en el verano del mismo año. Durante estas nueve temporadas que has permanecido en el Mirandés, alguna vez hemos hablado por teléfono, no muchas veces, pero alguna sí.
            Bueno, lo que yo quería decirte es que según mi archivo de los jugadores que han militado en el Mirandés desde el año 1944, en categoría nacional, estás entre la media docena de jugadores, aproximadamente que más partidos han jugado en el Mirandés. Tu compañero Iván Agustín es el que bate el récord. Pero, de momento, a tí nadie te podrá quitar el ser el "Pichichi" del Mirandés  en la historia. Todos estos datos los verás al final de la carta.
                El fútbol es un deporte que se juega en equipo y por eso, los ascensos y descensos, son de todos. Puede que el Mirandés sin tu concurso, no hubiera llegado donde llegó en la Copa del Rey, y puede también, que a tí no se te hubiera conocido como el banquero más simpático de España, si no hubieras jugado en el Mirandés. Esto viene a ser como lo del huevo y la gallina. Y que tú estés en la lista de los mejores jugadores que ha tenido el Mirandés, pues puede ser que hasta hayas sido el mejor. Los datos están ahí, como están los de Carlos Pouso.
              Pero lo que yo te quería decir, de forma cariñosa es que en el Mirandés has marcado a los equipos contrarios 132 goles en 323 partidos oficiales de Liga y Promoción y de Copa. Y en tu despedida  el pasado viernes me parece que nos metiste un gol por toda la escuadra. Resulta que esa soledad en la sala de prensa, al faltar miembros del C.D. Mirandés, fue por decisión propia del nº 14 del Mirandés, y la verdad es que tras la rueda de prensa que ofreciste, sin poder hacerte ninguna pregunta mis antiguos compañeros, en el ambiente futbolístico mirandés se respiraba confusionismo. No sé quien te habrá  asesorado para que prepararas de esa manera tu despedida del Mirandés, pero sea como sea, no creo que fuese la más adecuada.
            Espero que se te recuerde en Miranda por el gran jugador que fuiste y por lo goles que marcaste,  y no por tu despedida, algunos de ellos a mí, me pusieron los pelos de punta, y lloré como un niño junto a mi mujer, cuando conseguiste el empate a uno de Mallorca desde el punto de penalti en el San Juán del Monte más feliz de mi vida, y eso que a mi mujer la conocí en las fiestas sanjuaneras.
            Que te vaya bien, Pablo. Un abrazo.
      Tinin Melgosa 
No tardando mucho te prepararé un dossier en este mismo blog.


        
              

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te he escuchado y leído tantas veces, que me parece hasta osado aportar algo a tu blog, una auténtica enciclopedia del Mirandés. Gracias, Tinín.

Pero es que se va Pablo. Nuestro Pablo. Mi Pablo...Permíteme la osadía, Tinín:

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Gracias, gigante. ¿Qué hacías aquí? Eras Gulliver en Lilliput. Ahora que te vas: gracias por quedarte...

Se va el mayor goleador de la historia del Mirandés (qué lejos queda el registro de "Champi" Seni...lo dobló). Y no diré que se va el mejor jugador de la historia del Mirandés; porque Pablo, más que un jugador, era una artista. En su maleta se lleva sus filigranas, sus colas de vaca, sus goles desde cualquier parte, su sensación de peligro ubicuo, su atrevimiento para encarar, su capacidad de desparramar rivales, su pisada de gigante, su personalidad valiente, su talento ingente. Era Pablo, y lo era siempre.

En mi caso, con Pablo se va mucho más que un jugador, más que un artista. Se va un pedacito de mí.

Hace tiempo que dejé de escribir sobre sus hazañas. Hace tiempo que dejé el jardín, que descuidé las orquídeas. Pero nunca dejé de admirarme por ver a alguien así en el Mirandés. Y sé que no volveré a ver en Anduva nada igual. Nada tan grande. Yo vi un gigante.

A partir de ahora, la entrada cuesta más, el carnet cuesta más. Aunque eso no me importa...a partir de ahora, la sonrisa cuesta más. Y eso sí que importa. Así eras de importante, gigante.

Ahora que te vas...gracias por quedarte.

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